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domingo, 21 de diciembre de 2014

En homenaje al bandolero romántico


EL DOMINGO A LA MISMA HORA

Buenos días señora, disculpe que me siente aquí a su lado. Pasaba por aquí y no he podido evitar fijarme esos anillos que lleva en sus delicadas manos. Me vino a la cabeza el célebre bandolero “José María el Tempranillo”, así como una de sus frases: “mano tan bella no necesita de alhajas”. Y es que, como usted irá intuyendo, deseo robarla. Tranquila, no se ponga nerviosa, es que es mi primera vez. Además, que no tendría que ser un robo con fuerza. Bueno, entonces, ¿qué le parece? ¿Empezamos? 

Bueno…, es que no estoy segura de sus intenciones. Además: ¿esto es para la tele o qué? Es que nunca me han robado. Vale, acepto el robo. ¿Cómo me pongo?, ¿así? 

¡Por favor, parece usted una diva! No se preocupe, no hay ninguna cámara. Estamos solos: La señora más guapa que hay sobre la faz de la tierra y yo. Bien, yo saldré desde detrás de aquel árbol, me acercaré sigiloso, sacaré mi navaja, bueno la navaja habíamos dicho que no, y la digo que me dé todas las joyas que lleva encima. ¿Le parece bien? 

De acuerdo…, yo, aquí le espero. No tarde por favor. ¡Qué nervios! ¡El Tempranillo! 

Pues allí voy: 

¡Señora, deme todas sus joyas ahora mismo! ¡Vamos, vamos, que no tengo todo el día! 

¡Por favor, no me haga daño, le daré todo lo que me pida! ¡Tenga, tenga, los anillos…, las pulseras y mi colgante del Sagrado Corazón! ¡Cuídelo bien, que me lo regaló mi madre! 

Bien, pues, creo que ya está. ¿Le ha gustado? ¡Menudo robo, eh! 

Buffff, por favor ¡qué experiencia! Para ser la primera vez que me roban no ha estado nada mal. Pero que nada mal. Usted ha parecido un ladrón de película. ¡Como Curro Jiménez! 

Bueno pues…, me alegro de haberla robado de forma tan agradable. Si usted sigue viniendo por aquí…, podría robarla otro día. 

Mira hijo, si todos tus robos van a ser así, me puedes robar cuantas veces quieras. Mañana no creo que venga porque tengo que cuidar de mi nieto, pero el domingo seguramente vuelva. A la misma hora ¡¿Eh pillín?! Y no olvide mis joyas, que las necesitaremos. 

Perfecto, pues, en ése caso, será un placer volver a verla. A robarla, quiero decir. El domingo a la misma hora. Ha sido usted una víctima encantadora. Madame, que tenga un buen día. 

El placer es mío, y tenga, mi número de teléfono, para que me avise si no puede venir, que supongo que un chico tan guapo…, tendrá novia, ¿verdad? 

Bueno…, algo hay. Tengo que marcharme, los migueletes estarán al caer. Le prometo que el próximo domingo estaré aquí para robarle de nuevo. Ha sido una experiencia inolvidable. 

Un beso muy grande hijo, y sé bueno, que si no te veo el domingo me preocuparé mucho. Un beso muy grande. Adiós, adioooooss. (Creo que me he enamorado) 

¡Au revoir, Madame! (Buffff, si el Tempranillo levantara la cabeza).



Alberto Villares 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Este jueves... Proyecto U.F.O



Este jueves, nuestra amiga Charo, en su blog ¿Quieres que te cuente?, será quien nos convoque para fantasear sobre los famosos U.F.O, u Objetos Volantes No Identificados, para entendernos. Así que, aquí os dejo el relato que deseo, con entusiasmo, sea de vuestro agrado:

FAUSTO 

Ufffffff, ¡o soy yo, o hace un calor que te mueres, chico! Llevamos un veranitooooo. Anda Fausto, ponme otro chato, que hasta que no te vea con dos caras voy bien. Me estoy acordando de mi última aparición*. Os la he contado, ¿verdad? Los muy canelos de los americanos, todos llamando por teléfono a la nasa ésa (risotada). ¡Pues no te digo que, los aviones del ejército, se presentaron allí buscándome a los diez minutos de haberme aparecido (risotada)! Si es que no diferencian entre una aparición en broma y una en serio. ¿Te acuerdas de la que formé con la cosechadora? (risotada) Aquella sí que fue una buena aparición, sí. Aquel día andaba yo de lo mío, como ya se sabe, y me fui para allá con la cuchillitas y allí me puse: pim pam, pim pam… Vamos que, cuando me di cuenta, había hecho un cacho círculo con un mensaje en código binario ASCII, ¡el American Standar Code for Information Interchange ése! Menudo careto se les quedó a los ingleses (risotada). Anda Fausto, ponme otro chato, que hasta que no te vea con dos caras voy bien. Pues lo llamaron el Mensaje de Sparsholt, o como digan ellos. Si es que las apariciones de ahora son para señoritos. Que sí, que sí: Cosechadoras… ¡bah! Antes sí que la liábamos buena. Como allá por 1678**. The Mowing-Debil lo llamaron los ingleses, el diablo cosechador, pa que me entiendas Fausto. Allí estaba yo liao con la guadaña, hasta que llegó el muy gañán y me vio (risotada) ¡Pues no fue luego diciendo que si había visto al diablo segando sus campos de trigo! Vamos, que ahora va a resultar que tengo cuernos. Menos mal que mi Ricarda es una señora de palabra, y si me dice que nunca ha estado con otro hombre yo la creo ¡vaya si la creo! Anda Fausto, ponme otro chato, que hasta que no te vea con dos caras voy bien. Como te iba contando… 

*El 21 de agosto de 2002 apareció un círculo, con un mensaje en código binario ASCII, en la localidad de Sparsholt, Hampshire, Inglaterra. Esta impresión es conocida con el nombre de Mensaje de Sparsholt. La impresión fue hecha en un campo privado de maíz. 

**El registro más antiguo de un círculo en un cultivo se encuentra en Inglaterra, en un folleto publicado el 22 de agosto de 1678, con el nombre de «The Mowing-Devil» (‘el diablo cosechador’), que muestra a un demonio cortando un gran círculo en el cultivo. El agricultor que dio testimonio para el artículo publicado aseguró haber visto al mismo Diablo segando el trigo, antes de pagar cierto salario que su segador exigía por su trabajo. 




Alberto Villares

sábado, 8 de noviembre de 2014

Un relato culinario

Espero que os guste este relato en el que trato la incomunicación en la pareja y cómo nos abrimos sin tapujos fuera de ella:


TE CONFIESO

 Las confesiones de pareja son como las confesiones entre amantes. Y como las que puedas tener con cualquier persona desconocida. Las confesiones no existen por imperativo dogmático sino a petición de. Somos los seres vivos los que buscamos un confesor. En la cama, en la barra de un bar o arrodillados frente a un cubículo de madera vieja. Necesitamos confesar aquello que no podemos gritar a los cuatro vientos. Necesitamos contar que nos hemos salido del riel. Que hemos hecho trampa. 

Mi novio me confiesa que ha visto una promoción interesante. Un dúplex con cinco habitaciones: la nuestra, el despacho de cada uno, y las habitaciones de los niños. Porque tendremos dos, ¿verdad, cariño? –Le respondo que sí, mientras sigo buscando el botecito del colorante para alegrar la paella. 

Tiene dos cuartos de baño, o tres, no lo recuerdo. El nuestro, el de los niños y otro para los invitados. –Continúa su confesión mientras, con la cuchara de palo, me aseguro que ningún mejillón quede fuera del caldo. Odio que los mejillones queden secos. El chup chup de la paella me hipnotiza mientras mi chico sigue hablando. 

Y el precio está de maravilla. Es una ganga. Son X y, de entrada, ¡sólo tendríamos que pagar Y! Podemos hacer la reserva cuanto antes. Ya sólo les quedan dos por vender. Claro cariño –le respondo, mientras apago el fuego y reviso el folleto del dúplex. Nuestro nidito, según dice. 

Dos horas más tarde quedo con mi amante para tomar café y confesarme. Soy atea pero hace muy bien su papel de confesor, entro otras cosas. 

Yo creo que se ha vuelto loco. Lo tiene todo pensado, ¡incluso el número de hijos que vamos a tener! Me fue imposible dar bocado mientras no paraba de hablar. Que si las habitaciones, las calidades, las puertas de roble… Creo que pude contar el número de granos de arroz que había en el plato. Bueno, estoy exagerando, pero sí que había cinco mejillones y dos cigalas. No paraba de hablar mientras mi arroz se enfriaba. Se comió dos platos con verdadero ansia, mientras yo observaba mi plato, cada vez más frio. Al final tuve que tirarlo. – Él me escucha, mientras el tin tin de la cucharilla le hipnotiza haciendo espirales en la espumilla del café. 

Se ha vuelto loco, ¿no crees? – No respondió, tan sólo dejó escapar: aún disponemos de dos horas antes de que llegue mi mujer. Estarás muerta de hambre. Te llevaré a comer algo. 


 Alberto Villares. 

 Taller de cuento, lunes 3-Nov-2014 
Consigna: Algo que transcurre en dos horas.

Paperblog

Valido la inscripción de este blog al servicio Paperblog bajo el seudónimo crataegus

jueves, 23 de octubre de 2014

Este jueves... de periodistas




A SOLAS CON JULIA 

Confieso que tuve que hacerlo. No me quedó otra opción. Yo habría preferido hacer las cosas bien, pero el sistema me expulsó. 

Después de haber sacado mis estudios de periodismo; de haber trabajado durante al menos dos años como becario; de haber dedicado mis escasos ahorros para pagar un Máster; y de nunca haber tenido opción de demostrar lo buen periodista que era, no me quedó más remedio que secuestrar a una de las periodistas más famosas de este país. Sí, estoy hablando de Julia Otero. Sin duda he secuestrado a la persona ideal. Me ayudó mucho a redactar mi currículum. Me cuenta chascarrillos periodísticos. Incluso me orientó para encontrar mi primer trabajo de periodista. 

A cambio de sus exquisitas atenciones, la obsequio cada noche con una cena digna de una mujer como ella. Incluso la quito las esposas para que pueda comer con más delicadeza. Más dignamente. 

Ya llevamos más de seis meses juntos. Gracias a ella, encontré trabajo en uno de los diarios de mayor tirada nacional. Sé que algún día Julia y yo tendremos que separarnos. Su marido la espera. Y su familia. Y su audiencia. Será una separación difícil. Pensaréis que estoy loco pero, creo que nos estamos enamorando. 


 Alberto Villares.


¡¡Muchas gracias Lucía!!


Podéis disfrutar de más relatos periodísticos en el blog de Lucía "Sintiendo en la piel"

domingo, 7 de septiembre de 2014

Cierre de convocatoria y mi relato.

Y con todos los relatos ya descansando en la lonja del puerto, procedo a dar por cerrada la temporada de pesca veraniega para preparar la nueva temporada invernal que, sin duda, será de los más emocionante. Aquí os dejo mi aportación, un poco dura si se lee desde el alma, pero no menos cierta por ello:




EL MAR, LA MAR 

Siempre la deseé para después odiarla. Sí, una de esas relaciones de amor-odio. Porque la mar me atrae y después me escupe de sus aguas. La penetro y ella me recibe con fuertes embestidas. Pero hoy no. Hoy me deja hacer. Hoy está en calma. 

Esta mañana saqué mi falucho y me dirigí a ella con gran decisión. Sí, hoy es uno de esos días en que se muestra más permisiva conmigo. Llegaré hasta lo más profundo de su ser. Ella y yo: los dos solos en medio de la inmensidad. Nos encontraremos en el silencio de la nada. 

Una vez allí, no quiso recibirme. Me encontré solo. Me encontré con la nada. La sentí tan cerca que desmontaba todo mi ser. Llegué con mi falucho hasta lo más profundo y la mar no me recibió. Me recibió la nada. Quiso atraparme. Yo remaba con todas mis fuerzas y ella me rozaba con sus largas uñas. La nada me cogería. Me torturaría. Me ahogaría. 

Por suerte, la mar se acordó de mí. Movió sus aguas, y, con ayuda del mismísimo Céfiro, me expulsó a tierra firme. La mar se apiadó de mí. 

Ya lo tengo claro. La mar me deseaba tanto como yo a ella. La mar deseaba protegerme de la nada. Su nada y la mía. De ahora en adelante nos veríamos en contadas ocasiones. Saborearíamos la emoción del beso furtivo. Viviríamos nuestros encuentros con más pasión. Lejos de la nada. 


Alberto Villares.


Sonoros besos y abrazos de oso a todas y todos por participar!!!!!!!!

jueves, 4 de septiembre de 2014

Van llegando a puerto...



Y poco a poco se acercan a atracar en el muelle los primeros navíos. Siento haber hecho esta entrada un poco tarde. Espero que lo pasemos en grande con las lecturas de nuestros relatos de ultramar. Ahí van:













LOIS Y CLARK


Ahora vienen los del viernes, que por estar la mar revuelta han tardado un  poquito más:








Y el próximo domingo enlazaré a los polizones de última hora porque tengo que salir de viaje relámpago.

Ya de vuelta de mi viaje relámpago, procedo a enlazar a los polizones de última hora...





domingo, 31 de agosto de 2014

Convocatoria juevera



Después de un largo silencio, voy a aventurarme a llevar mi segunda convocatoria juevera.

Como tema para esta convocatoria me ha parecido atractivo que escribamos sobre el Mar, o la Mar, como dicen marineros, pescadores y poetas. Intentemos describir qué sentimos cuando nos encontramos cara a cara con sus aguas, con su silencio, su brisa. A algunas personas le impresiona su gran inmensidad la primera vez que lo ven; a otras no.

Frente al mar nos confesamos a nosotros mismos. Se pueden vivir momentos inolvidables caminando descalzos sobre su fina arena. Incluso se puede amar al mar sin haberlo visto nunca, leyendo libros tan magníficos como El viejo y el mar, de Ernest Hemingway, por citar alguno.

Coge tu pluma y lánzate a la mar. No olvides las reglas: en torno a 350 palabras, publica el jueves a ser posible, la foto la puedes elegir tú, envía el post de tu entrada y..., anímate a participar.

¡A la mar!


miércoles, 16 de julio de 2014

Este jueves... De túneles



Este jueves nos guía por el buen camino nuestra maravillosa y sensacional amiga Charo. Nos propone nada más y nada menos que investiguemos en el túnel, en nuestro túnel interno. Veamos qué ha salido en su blog ¿quieres que te cuente?

AQUEL TÚNEL 

Oye, ¿recuerdas cuando nos metimos en aquel túnel?, ¿lo recuerdas? Era uno de esos tramos inacabados de ferrocarril. Las ranas no paraban de cantar en las cunetas encharcadas. 

Vaya si lo recuerdo. Menudo susto que nos llevamos. Nunca habíamos visto un bicho así. Bueno, en las películas sí, pero no en realidad. Porque era de verdad, ¿verdad? 

Claro que era de verdad. Allí estaba comiendo ranas. Las ranas que íbamos a buscar nosotros. ¿Recuerdas cómo nos gustaban las ancas de rana? Tu madre las cocinaba muy bien. Cuando fuimos al túnel a por ranas ya nos advirtió. ¡Y fíjate! Allí estaba aquel bicho: al fondo del túnel comiendo las ranas que habíamos ido a buscar. 

Tú te empeñaste en que lo hiciéramos, ¿o fue tu madre? Además, que fuiste tú quien lo mató. Era feo, vivía sólo y se comía nuestras ranas, pero no era motivo para hacerle aquello. 

Bueno, ya no volverá a comerse las ranas del túnel. Ahora las ranas son para nosotros. Ellas cantan y nosotros nos las comemos. Es ley de vida. 

Nunca olvidaré el sabor de su carne. Mi madre lo cocinó muy bien. Decía que era la primera vez que cocinaba un bicho así: con tanto pelo, aquella boca y aquello que le salía de la cabeza, ¿lo recuerdas? Mi madre le dio el punto. Vaya si se lo dio. 

¿Y ahora?, ¿quién nos va a cocinar las ranas? Nuestras madres ya no están. Además, a mí ya no me gustan las ranas. No las volveré a comer pero te acompañaré a por ellas. ¿Cuándo volveremos al túnel? Qué ganas tengo de volver al túnel. 


 Alberto Villares

miércoles, 2 de julio de 2014

Este jueves... Un momento especial

Esta semana es nuestro amigo Pepe quien nos propone relatar algún momento especial, real o no, que pueda ser de interés para los internautas, y para el autor o autora, dicho sea de paso. Tenéis más relatos especiales en su blog: Desgranando momentos





UN MOMENTO ESPECIAL 

Hace un par de días que mis hijos trajeron a casa un barreño con hormigas dentro: mira papá, hemos cogido hormigas soldado y obreras, y las hemos metido en este barreño para que luchen como si fueran gladiadores en un circo romano –me dijeron con cierto júbilo en sus rostros. 

En cierto modo, aquello era un poco cruel: habían quitado las antenas a las hormigas soldado para hacerlas enloquecer y luchar entre sí. 

El juego les duró buena parte de la mañana; Después me dejaron allí con el barreño y las hormigas matándose entre ellas… Como los gladiadores. 

Mi mujer me dijo que tirase aquellas hormigas y limpiara el barreño. Yo, mientras tanto, observaba cómo ya sólo quedaban algunas entre los cadáveres de las demás; Algo, dentro de mí, me decía que tenía que detener aquel espectáculo tan horroroso. 

Compré una cajita de palillos y un bote de cola. Fui pegando unos palillos a otros para construir una especie de escalinata, como las de las películas medievales, que permitiera a las hormigas salir de aquel pozo de muerte. 

¿Aún no has limpiado el barreño? –me dijo mi mujer, mientras metía ropa sucia en la lavadora. Estoy en ello cariño, ya casi lo tengo –la respondí, mientras manipulaba los palillos con la precisión de un cirujano. 

Al cabo de un par de horas, había construido una pequeña escalinata. Las hormigas que quedaban iban subiendo por ella. Como algunas no tenían antenas yo las ayudaba con los dedos. Todas consiguieron salir y respiré a fondo al comprobar el resultado de mi hazaña. ¡Las había salvado la vida! 

En aquel momento tan especial para mí, mi mujer cogió el barreño, volcó la escalinata y las hormigas muertas, y se lo llevó para sacar la ropa de la lavadora. 


Alberto Villares

viernes, 13 de junio de 2014

Este jueves... Amigos.



Este jueves nuestro amigo Alfredo nos anima a coger la pluma y tirar con bala... sobre un tema... como la amistad.


AMIGOS 

Mi amigo Sebastián Ruiz Martín es un entendido en el mundo taurino. Yo no comparto muchas cosas que dice. Bueno sí que las comparto. De otro modo no me las contaría con el mismo entusiasmo. 

La asertividad es para las personas como la gasolina para un coche. 

En una ocasión me contó cómo, en su época de muletilla, llegó a hacerse pasar por una gran figura del toreo. Aquello le valió para ganar grandes sumas de dinero. Me cuenta que la verdadera figura del toreo no se enojó ante aquella suplantación de identidad. Llegaron a ser grandes amigos. Hasta el punto de no saber, en este momento, con cual de los dos estoy hablando. 

He de decir que la gran figura del toreo también es mi amigo. Los dos son grandes figuras del toreo. En ocasiones, el público no sabía con seguridad cual de los dos estaba toreando. 

Acabamos las cañas y el plato de caracoles. Él no ha parado de hablar entre caracol y caracol. Yo no he parado de asentir entre caracol y caracol. El televisor del bar donde nos encontramos está encendido. Están dando una corrida de toros. Ambos comprobamos el gran parecido entre el torero de la tele y yo. Nos miramos de reojo para hacer nuestras comprobaciones. Guardamos un imperceptible silencio. Optamos por pedir otras dos cañas y otra tapa de caracoles. Prolongaremos la tarde. Él sabe mi secreto. Él cuenta el suyo pero yo no. Somos buenos amigos. Nos conocemos muy bien. Realmente bien. 


Alberto Villares

martes, 10 de junio de 2014

TAMBIÉN HAY CABALLOS BLANCOS, de Charo Cortés



Hoy quiero redactar esta entrada para recomendar este ameno y especial libro de una compañera y amiga también especial. Ella se llama Charo, Charo Cortés para ser más exactos. Es una mujer con la suerte de poseer la creatividad. Tener creatividad no es algo gratuito, es un don que te obliga a disponer de un vehículo con el que desparramar proyectos que de otro modo te harían incluso enloquecer. El vehículo que Charo mejor utiliza es la escritura. Así nos lo demuestra en su primer libro También hay caballos blancos.

En este su primer libro, que no es poco, nos regala varios de sus mejores relatos. En cada uno de ellos está su esencia. Relatos en los que aparecen madres, hijos, fantasmas, maridos, amantes, prisiones, lunas, espejos... Incluso algo realmente difícil de llevar al papel, el erotismo.

La contraportada de este pequeño y a la vez gran libro dice así:

Un pueblo en el que no muere nadie, un escritor que encuentra una extraña musa, dos niños encerrados en un desván, un hombre enamorado de una vaca, la aventura de un niño para recuperar a su madre, dos amigas con un secreto inconfesable, un juguete muy especial... Una serie de relatos con un toque mágico, misterioso, irreal, donde las casualidades hacen que sucedan cosas extraordinarias y donde, como dijo Julio Cortázar, "lo fantástico sucede en condiciones muy comunes y normales".


Y sin más, os animo a todas y todos a leer También hay caballos blancos, para que siempre haya un caballo blanco en vuestras vidas. Lo tenéis disponible en el famoso Amazon, la Casa del Libro y también os lo pueden encargar en cualquier librería.

Mi más sincera enhorabuena Charo, y a por el siguiente!!

También podéis saber más de ella en su blog ¿Quieres que te cuente?

Alberto Villares

viernes, 6 de junio de 2014

Este jueves... Mundo laboral




DESEMPLEO

 - ¿Se puede?
 - Adelante, no se siente.
 - Gracias, prefiero estar de pie.
 - Cuénteme.
 - Pues nada, que venía para no buscar trabajo.
 - Perfecto ¿desde cuándo le pasa?
 - ¿Lo de no buscar trabajo?
 - Me refiero a las almorranas.
 - ¡Ah! ¡qué tonta! Perdóneme.
 - ¿Tonta? Juraría que es usted un hombre.
 - El hombre es mi marido.
 - Pues dígale que pase, o mejor no. Bien, sigamos ¿cuándo fue la última vez?
 - ¿Última vez de qué?
 - Sí, ya sabe a lo que me refiero.
 - ¿Es necesario que lo cuente?
 - Claro, si lo prefiere lo cuento yo.
 - Está bien pero… No se lo cuente a mi marido.
 - Uno, dos, tres, cuatro, ¿sigo?
 - No por favor, es suficiente.
 - Muy bien. Le voy a recetar esto, esto otro y aquello. No tome nada de esto cada ocho horas. Esto otro  no se lo tome nunca y aquello tampoco.
 - Muchas gracias.
 - No hay de qué. Y dígale a su marido que pase la próxima vez. Aquí no le damos trabajo a nadie.
 - Se lo diré. Buenas tardes.
 - Buenas noches.


 Alberto Villares.


Tienes más historias desgarradoras sobre el mundo laboral en casa de Brisa de Venus

miércoles, 14 de mayo de 2014

Este jueves... en el patio



TORO VUELVE AL PATIO 

Vivo en una corrala. Es una corrala de las antiguas. Nuestras puertas dan a un patio donde los vecinos colocamos las plantas. Hay plantas de muchos tipos y colores. El color que predomina es el verde, con muchas flores rojas, blancas y amarillas. El amarillo es el color de las paredes del patio. Es un amarillo albero. El albero es la tierra de las plazas de toros. Una cabeza de toro preside el salón de la taberna que tenemos junto al portal de nuestra corrala. 

La corrala tiene un patio con puertas, vecinos, plantas, colores, amarillo albero, portal y taberna con cabeza de toro. 

El toro ya no está porque cerró la taberna. El amarillo albero se perdió en el tiempo. Los colores se fueron cuando murieron las plantas. Las plantas murieron cuando se fueron los vecinos. Los vecinos se fueron y les rompieron las puertas. 

El patio ya no es patio porque la corrala dejó de ser corrala. El patio de la corrala espera. Espera que vuelvan la cabeza de toro y la taberna, el amarillo albero de sus paredes, los colores de las plantas y sus vecinos. Vecinos que vuelvan a poner sus puertas. 

Toro vuelve al ruedo. A tu albero florido. Que sin toro no hay vecinos, y sin vecinos no hay puertas, y sin puertas no hay corrala. Sin corrala no hay patio. Toro vuelve. Vuelve al patio. 


Alberto Villares


Tienes muchas más historias sobre patios en el hogar de María José Moreno

jueves, 1 de mayo de 2014

Este jueves... de crisis



EL LIENZO BLANCO 

Se quedó mirando el lienzo en blanco. Tenía una blancura tal que le producía vértigo. Había tenido crisis creativas en otros momentos de su vida pero ninguna como ésta. Salió corriendo de la habitación que le había visto crecer como artista. Cogió sus pinceles y, en un ataque de ira, los partió. Se tiró a suelo, pataleó y lloró como si de un niño se tratara. 

Al rato, se asomó con mucha precaución por el marco de la puerta, y allí seguía el lienzo totalmente inmaculado, sin nada. Pensó en tapiar la puerta y ventanas de aquella habitación. Sí, tal vez emparedándolo acabaría con aquella crisis creativa que se convertía en crisis existencial. Desechó la idea de tapiar la habitación, por aquello de ser la esperanza lo último que se pierde. 

Pasaron los días y, una mañana, una mosca se posó en el centro del lienzo. El artista la miraba entre lágrimas y sollozos. Le asombró el contraste de aquel insecto sobre el lienzo blanco. La mosca se marchó pero estuvo lo suficiente para animar al artista a buscar un carboncillo. Su mente bullía de imaginación, de asombro, ¡de ahora o nunca! Volvió a dibujar a la mosca en el mismo lugar donde estaba, y esta dentro de otra más grande, y la más grande dentro de otra aún más grande. Y así, hasta que no tuvo más espacio en el lienzo que, nunca más, volvió a ser blanco. 


 Alberto Villares


Tienes otras crisis para disfrutar en el blog de Pepe.

jueves, 17 de abril de 2014

Este jueves..., Mara Laira



MARA-LAIRA 

Llevaba más de veinte minutos delante de una taza de café. No puedo precisar si era sólo o con leche. Miraba su teléfono móvil con regularidad. Entre él y yo había varias mesas vacías. Pudo sospechar de mi observación insistente pero no reparó en mí. 

Pocos minutos después llegó ella: Mara-Laira. Elegante y dejando una agradable fragancia tras de si. Al contrario que él, ella sí que reparó en mí. Se besaron en la mejilla. Entre ella y yo había varias mesas vacías, y él. 

El camarero le sirvió una taza de café, al que añadió un chorrito de leche. Ella lo removía y me miraba de forma furtiva como si él no existiera. 
Al rato, se excusó. Se levantó de la mesa, cogió su bolso y se alisó la falda negra con un estilo especial. Todo indicaba que iría al servicio y después volvería. Se dirigía a mí y me miraba como una leona sedienta de sangre. El sonido de sus tacones en cada paso. Su decisión de llegar hasta donde yo estaba. La excitación del momento era insuperable para mí. Con gran rapidez me levanté con intención de apagar el televisor. El botón de Apagado no funcionó, o tal vez fue mi otro yo quien decidió presionar el Pause. El rostro de él quedó parado y muy asustado. Alargaba la mano hacia nosotros como queriendo evitar algo. Nos besamos, la levanté la falda negra, saqué mi falo erguido y la penetré mientras apartaba sus bragas de encaje. El carmín de sus labios sabía a rosas de terciopelo y me embriagaba con el perfume de su cuello. 

No pude evitar lo ocurrido. Como acabo de relatar, tuve intención de apagar el televisor. Él tampoco pudo evitarlo. Alargó su mano para advertirme del peligro pero le petrifiqué. Ahora las cosas cambiarán en mi vida como cambiaron en la de aquel desdichado. Me había convertido en otro personaje de aquella telenovela fatal: Mara-Laira. Como aquel desdichado, todo el mundo fue testigo de lo ocurrido. Todo el mundo. 


Alberto Villares


Tienes más historias de Mara Laira en casa del Demiurgo de Hurlingam

sábado, 29 de marzo de 2014

Cierre de convocatoria y mi relato

A todos deciros que muchísimas gracias por participar en esta convocatoria juevera que me animaron a llevar. Confieso que ha sido un poco estresante, pero ha merecido la pena. Me ha sorprendido la cantidad de personas que habéis participado. Como no tengo Facebook no puedo anunciaros quien llevará la próxima. Y ahora, mi relato:





EL SALTAMONTES

Rebusco entre el bote de lapiceros con mis dedos. Escojo un lápiz pero no tiene punta. Abro el cajón que tengo bajo la mesa, busco un sacapuntas y, como no podía ser de otro modo, procedo a sacarle punta al lapicero. Esta operación produce un ruido que me recuerda al de un saltamontes. 

Ocurrió cuando era niño. Los encontraba entre el pasto cuando salía al campo con mi amigo. Cogíamos delicados y verdosos saltamontes. En realidad los había de distintos tamaños y distintos colores. Tenían  largas patas traseras y alas. Mi amigo me decía que, en verano, eran el alimento favorito de las perdices y de los alcaudones. Al ser un alimento muy proteico son imprescindibles para que puedan criar a sus pollos, me decía.

Desde hace algunas décadas se empezaron a usar insecticidas en los campos. Decían que había que aumentar la productividad del campo. Que las tierras no eran competitivas. 

Acabé de escribir un relato y salí a dar un paseo por el campo que hay frente a mi casa. Ya no vuelan las perdices ni los alcaudones. Dejaron de verse hace años. Perdices y alcaudones ya no vuelan porque tampoco vuelan los saltamontes. También dejaron de verse hace años. ¿A qué les recordará a mis hijos el sonido de un sacapuntas? 

Alberto Villares.

martes, 25 de marzo de 2014

Los vuelos van viniendo

Poco a poco van llegando vuestros vuelos, en el sentido caprichoso que vuestra imaginación haya deseado, para ser disfrutados y comentados por quienes así lo deseéis:

























Aclaración: algunas personas como Cristina o Cecy no publicarán su relato hasta el jueves. Por si habéis entrado en sus blogs y no habéis encontrado sus relatos.









































Muchas, muchas y cien mil veces muchas gracias. Gracias!















domingo, 23 de marzo de 2014

Mi primera convocatoria juevera



Voy a aventurarme a llevar una convocatoria juevera. No llevo mucho tiempo con vosotras y vosotros pero confieso que esto "engancha", o sois vosotros y vosotras a los que me he enganchado. 

Sí, quién no ha soñado alguna vez con volar. Una sensación de ligereza, de silencio, de brisa en nuestra cara. Algunas personas llegan incluso a materializar el deseo de volar: pilotando aviones, helicópteros y saltando en paracaídas. Lo llamamos deporte de riesgo, cuando las personas que lo practican tal vez sólo sientan un placer indescriptible. 



Nuestro vuelo puede ser de la manera que más nos apetezca. Incluso podemos ser una de esas grandes aves planeadoras como las cigüeñas, águilas o buitres. Ya sea con alas emplumadas o al mando de algún tipo de aparato fantástico, demos rienda suelta al gran don de la imaginación. 

¡A volar!