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miércoles, 16 de julio de 2014

Este jueves... De túneles



Este jueves nos guía por el buen camino nuestra maravillosa y sensacional amiga Charo. Nos propone nada más y nada menos que investiguemos en el túnel, en nuestro túnel interno. Veamos qué ha salido en su blog ¿quieres que te cuente?

AQUEL TÚNEL 

Oye, ¿recuerdas cuando nos metimos en aquel túnel?, ¿lo recuerdas? Era uno de esos tramos inacabados de ferrocarril. Las ranas no paraban de cantar en las cunetas encharcadas. 

Vaya si lo recuerdo. Menudo susto que nos llevamos. Nunca habíamos visto un bicho así. Bueno, en las películas sí, pero no en realidad. Porque era de verdad, ¿verdad? 

Claro que era de verdad. Allí estaba comiendo ranas. Las ranas que íbamos a buscar nosotros. ¿Recuerdas cómo nos gustaban las ancas de rana? Tu madre las cocinaba muy bien. Cuando fuimos al túnel a por ranas ya nos advirtió. ¡Y fíjate! Allí estaba aquel bicho: al fondo del túnel comiendo las ranas que habíamos ido a buscar. 

Tú te empeñaste en que lo hiciéramos, ¿o fue tu madre? Además, que fuiste tú quien lo mató. Era feo, vivía sólo y se comía nuestras ranas, pero no era motivo para hacerle aquello. 

Bueno, ya no volverá a comerse las ranas del túnel. Ahora las ranas son para nosotros. Ellas cantan y nosotros nos las comemos. Es ley de vida. 

Nunca olvidaré el sabor de su carne. Mi madre lo cocinó muy bien. Decía que era la primera vez que cocinaba un bicho así: con tanto pelo, aquella boca y aquello que le salía de la cabeza, ¿lo recuerdas? Mi madre le dio el punto. Vaya si se lo dio. 

¿Y ahora?, ¿quién nos va a cocinar las ranas? Nuestras madres ya no están. Además, a mí ya no me gustan las ranas. No las volveré a comer pero te acompañaré a por ellas. ¿Cuándo volveremos al túnel? Qué ganas tengo de volver al túnel. 


 Alberto Villares

miércoles, 2 de julio de 2014

Este jueves... Un momento especial

Esta semana es nuestro amigo Pepe quien nos propone relatar algún momento especial, real o no, que pueda ser de interés para los internautas, y para el autor o autora, dicho sea de paso. Tenéis más relatos especiales en su blog: Desgranando momentos





UN MOMENTO ESPECIAL 

Hace un par de días que mis hijos trajeron a casa un barreño con hormigas dentro: mira papá, hemos cogido hormigas soldado y obreras, y las hemos metido en este barreño para que luchen como si fueran gladiadores en un circo romano –me dijeron con cierto júbilo en sus rostros. 

En cierto modo, aquello era un poco cruel: habían quitado las antenas a las hormigas soldado para hacerlas enloquecer y luchar entre sí. 

El juego les duró buena parte de la mañana; Después me dejaron allí con el barreño y las hormigas matándose entre ellas… Como los gladiadores. 

Mi mujer me dijo que tirase aquellas hormigas y limpiara el barreño. Yo, mientras tanto, observaba cómo ya sólo quedaban algunas entre los cadáveres de las demás; Algo, dentro de mí, me decía que tenía que detener aquel espectáculo tan horroroso. 

Compré una cajita de palillos y un bote de cola. Fui pegando unos palillos a otros para construir una especie de escalinata, como las de las películas medievales, que permitiera a las hormigas salir de aquel pozo de muerte. 

¿Aún no has limpiado el barreño? –me dijo mi mujer, mientras metía ropa sucia en la lavadora. Estoy en ello cariño, ya casi lo tengo –la respondí, mientras manipulaba los palillos con la precisión de un cirujano. 

Al cabo de un par de horas, había construido una pequeña escalinata. Las hormigas que quedaban iban subiendo por ella. Como algunas no tenían antenas yo las ayudaba con los dedos. Todas consiguieron salir y respiré a fondo al comprobar el resultado de mi hazaña. ¡Las había salvado la vida! 

En aquel momento tan especial para mí, mi mujer cogió el barreño, volcó la escalinata y las hormigas muertas, y se lo llevó para sacar la ropa de la lavadora. 


Alberto Villares