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viernes, 5 de abril de 2019

Este jueves... Elige uno

Hola a tod@s!

Esta semana es nuestra amiga Mónica (Neogéminis) quien nos conduce la inspiración juevera. Su propuesta es elegir uno de los recortes que nos ofrece, para después escribir sobre aquello que nos inspire. Aquí dejo mi aportación, y deseo que disfrutes con su lectura:



EL LABERINTO DE LOS SUEÑOS ROTOS

Y allí estaba yo, con mi cazamariposas dando mandobles a diestro y siniestro. Se escapaban y se siguen escapando, -creo que me ven las intenciones. Siempre me han dicho que soy demasiado transparente. Aún así, no cejo en mi empeño y continúo repartiendo mandobles a un lado y a otro. Son pequeñas, grandes, medianas, de colores oscuros o de colores claros, con matices en negro y llamativos ocelos. Reparto mandobles y alguna cae dentro de la malla. Siento pena por lo que hago pero, no sé vivir de otro modo. Tal vez no quiero prescindir de mi cazamariposas, para perseguir a esos animalitos tan llamativos, dotados de doble vida: de variopintas orugas a cándidas mariposas; de feo a bonito; de bonito a feo; de largos pelos y secreciones urticantes. Son animalillos que me fascinan. 

Llevo varios años con este rudimentario artilugio, y apenas he conseguido tres ejemplares. Son maravillosos, de esos que no pueden faltar en toda colección que se precie. Soy un ser insaciable, así que sigo perdido en un mundo floreado y cubierto de polvo: repartiendo mandobles a un lado y a otro. ¡Zas zas! Así es como se cazan las buenas mariposas. Puedo pasar días persiguiendo alguna en concreto; tal vez semanas, tal vez meses, tal vez años… 

Los años pasan y el cazamariposas está cada vez más raído: tiene varios agujeros por los que se escapan. Debo conseguir otro nuevo pero, han pasado tantos años, que deben de haber cerrado aquel sitio. ¡Zas zas! Sigo persiguiendo mariposas, sin importar color ni tamaño. Las más importantes ya las conseguí, pero el paso del tiempo las tiene decrépitas. ¡Zas zas! Sigo persiguiendo mariposas. Zas zas. Pasan los días, tal vez los años… 


Alberto Villares


Tienes más relatos en el blog de nuestra amiga Mónica.