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jueves, 15 de noviembre de 2018

Este jueves... el trabajo, una maldición bíblica.

Imagen de internet



LA TORRE 

Pues como le he ido contando desde que le conocí, que podría haber sido ayer o hace quince minutos, toda esta torre de ladrillos que tiene ante sus ojos la he levantado yo solito con mis manos. Cierto es que, cierto día, diseñé unas manos cuatro veces más grandes que las mías, para poder coger los ladrillos de cuatro en cuatro, ¿sabe usted? Y cierto es también que, cierto día, tuve que diseñar unas piernas cuatro veces más largas que las mías, para no tener que usar la escalera. Que uno tiene ya muchos años, ¿sabe usted? Por cierto, ¿usted de dónde viene, si no es indiscreción? 

No la es. Vine hace diecisiete años desde mi querida Guinea Ecuatorial. Allí trabajaba de sol a sol, como dicen ustedes, porque, como soy pigmeo, no me querían para muchos trabajos debido a mi corta estatura. Por cierto, que mi mujer y mis hijos tienen que estar preocupados por mi larga ausencia del hogar desde, ¿esta mañana? 

Claro, claro, y disculpe que le haya entretenido con mi verborrea, ¿dónde le dejo? 

Pues puede dejarme aquí abajo junto a la base de su querida torre. Muchas gracias, que tenga un gran día y que acabe pronto su magnum opus

Claro hijo, claro, salut! 

Arrivederci! 

¿Por qué se despide usted en italiano? 

¿Y usted en francés? 

Buena pregunta-respuesta. Vaya con Diós. 

¡Grazie grazie! 

¿Por qué me vuelve a hablar en italiano? 

Porque, en realidad, soy arquitecto italiano y he venido enviado por una multinacional para espiarle a usted; copiar el diseño de sus manos y piernas cibernéticas, y venderlas al mejor postor. Será toda una revolución para la construcción. 

En cuanto me baje de mis piernas cibernéticas le daré a usted un sonoro puñetazo. 

Ya, ya, para eso tendrá que echarme el guante. Arrivederci! 


Alberto Villares

Puedes disfrutar y gozar aún más con otros relatos en el hogar de nuestro amigo PEPE
Y un fuerte abrazo para el pueblo pigmeo, faltaría más. 

13 comentarios:

  1. Hacía mucho que no coincidíamos en los jueves y créeme que ha sido todo un placer volver a leer y disfrutar con tus ingeniosos relatos.

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  2. Ja ja la torre construida con manos gigantes !! muy imaginativo

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  3. Buenas noches , me encanto su relato lleno de ingenio , y lo malo es que esas máquinas son el avance en tareas laborales pero la desgracia en contra de la mano de obra humana.
    Gracias por compartirlo un saludo y feliz noche.

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  4. No se si he estado antes en tu blog pero seguro que volvere tienes una imaginacion desbordante. Besos.

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  5. La cantidad de gadgets, tecnología punta y máquinas herramientas existentes nos hacen la vida más cómoda, las construcciones más rápidas y el paro... galopante. Imaginativo relato, ágil y fresco que me ha encantado.
    Gracias Alberto por sumarte a mi convocatoria.
    Un abrazo.

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  6. Jjajaja qué bueno tu relato juevero tu imaginación ha volado lejos, está genial.

    Un besazo.

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  7. Muy gracioso tu relato, hecho con un humor de lo más fino, y con una gran imaginación.
    Un abrazo

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  8. La imaginación al poder. Las manos del pigmeo son obras de ingeniería que un italiano o un belga ya quisieran poder recrear en un diseño

    Me ha encantado. Un abrazo

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  9. Un horizonte en el que se vislumbra un futuro de máquinas casi en su totalidad…

    Buen e ingenioso relato que, además, dibuja sonrisas.

    Un placer leerte, Alberto.

    Bsoss y feliz finde.

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  10. Con todo ese humor rondando en tus letras, no deja de ser un auténtico zascas :-)

    Un beso enorme.

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  11. Original y con dos finales.
    Abrazo poliglota.

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  12. Molto buono signore ajajajaja, El trabajo, una maldición, si.
    Un abrazo

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  13. Imaginativo y chispeante tu texto, ya iremos viendo si en el futuro esta maldición se sigue manteniendo.
    Besos.

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