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sábado, 15 de febrero de 2020

Este jueves... Sucedió en el bus

Este jueves nuestro compañero Alfredo nos anima a escribir sobre algo sucedido en un autobús, y después de tantos y tantos jueves sin participación por mi parte, aquí dejo unas líneas sobre algo que pudo suceder, o no. Espero que os guste!




Todos lo hemos cogido de adolescentes para ir al instituto. El 138 era uno de esos buses que hacían una función umbilical entre nuestro barrio y el tedioso instituto. 

Una vez, subí con un tobillo medio escayolado y ayudándome con unas muletas. En lo aparatoso de mi subida presenciaba todo tipo de reacciones: caras de empatía, semblantes de impaciencia, incluso comentarios despectivos. 

Dicen que una de las virtudes del ser humano es la solidaridad, yo digo que esa virtud debe de ser un gen, que lo heredas o no al nacer. Supongo que, a los exentos de este gen, todavía se les puede enseñar a ser solidarios con todo el mundo, y no sólo con los de casa. 

Ocurrió que, al llegar a mi barrio desde el tedioso instituto, en el 138 tal como os dije al principio, se disponían a subir dos auténticos colosos de al menos dos metros de altura, cuyas manos podrían reventar un melón sin el menor esfuerzo. Estos dos colosos se ayudaban con unas muletas para caminar. Al parecer, eran hinchas de fútbol que se habían accidentado en alguna trifulca deportiva de esas que salen en la sección deportiva del telediario. Y, supongo, que los comentarios despectivos hacia estos señores serían meramente anecdóticos, aunque en el 138 nunca se sabe. 


Alberto Villares


Tienes más relatos de autobús en la casa de Alfredo: La Plaza Del Diamante

jueves, 18 de julio de 2019

Este jueves... Metamorfosis

(Imagen de la red)


SOY UN CERNÍCALO
(Antiguo relato que me ha parecido oportuno desempolvar) 

Desperté y tenía el cuerpo cubierto de plumas. Era algo extraño, muy extraño. En mi vida me había ocurrido nada igual. Del cuello para abajo tenía el aspecto de un ave de presa: largas plumas remeras en las manos, abanico de timoneras que salían de mi rabadilla, mis pies estaban como escamados y tenían unas garras muy afiladas. El pecho lo tenía cubierto de claras plumas moteadas. Como me gustan las aves, pude adivinar que me había convertido en un cernícalo. Sí, uno de esos que se ciernen sobre los campos en busca de pequeñas presas. 

Como podréis imaginar, ni se me pasó por la cabeza salir a la calle con semejante aspecto. Además mi tamaño también se había reducido considerablemente hasta llegar al tamaño real del ave. Aguanté hasta la noche para meterme otra vez en la cama (en realidad me posé sobre un brazo del sofá), y confiando en despertar al día siguiente habiendo concluido mi metamorfosis. 

Al cabo de ocho horas, pues soy muy dormilón, abandoné mi posadero y de un vuelo me coloqué sobre el lavabo, frente al espejo. Era increíble, no podía creerlo. ¡Ya era un cernícalo completo! Mi cabeza estaba emplumada, mis ojos eran de un negro azabache y, por boca y nariz, tenía un imponente pico. Volé ansioso hasta el salón y allí di varias vueltas en círculo. ¡Cómo me cernía sobre el mando de la tele! Me asustaba de mis propias garras. ¿Y mi vista? ¡Podía leer con perfección un libro colocado a más de diez metros de distancia! 

Pasaron las horas, comencé a sentir hambre y me encontré con un serio problema. Como ya era un cernícalo completo, no podía abrir la nevera ni la puerta del armario de la despensa, la puerta de la calle, abrir una ventana, un grifo, y tampoco utilizar el teléfono para pedir ayuda. Incluso había perdido el habla y tan sólo podía emitir un extraño chillido: kii-kii-kii. 

Llevo así más de tres días y ya sólo deseo despertar una mañana, mirarme al espejo, y comprobar que vuelvo a ser un ser humano. De lo contrario moriré de hambre o de sed. Quién sabe si esta noche, por fin, será la definitiva. 

Alberto Villares


Tienes más Metamorfosis en este mismo blog. Saludos y abrazos múltiples a discreción.

Lista de participantes

(Imagen de Wikipedia)


Y van llegando las Metamorfosis particulares de cada juever@. Sin duda que serán de gran gusto y más provecho. Se las voy sirviendo en la mesa:








domingo, 14 de julio de 2019

Convocatoria juevera

(Imagen de Wikipedia)

Hola amig@s, una semana más, aquí estamos, preparados para darle al intelecto y regurgitar una pizca de creatividad en forma de microrelato. Como me toca coordinar esta convocatoria, me voy a dar el gusto de animarles a escribir sobre... UNA METAMORFOSIS. Desde nuestro ancestro Ovidio hasta animalillos como los anfibios o las mariposas. Las personas también sufrimos cambios, nos metamorfoseamos con el paso de los años, o tras determinadas experiencias que "nos cambian".

(Imagen de la red)

Que cada cual escoja su metamorfosis, y construya un relato de cabo a rabo, o de principio a fin. Estaré encantado de ir recibiendo vuestros trabajos y publicarlos el próximo jueves. 

(Imagen de la red)
Un gran abrazo y feliz semana.