EL OLVIDO
Teníamos todo planeado para que aquel fin de semana fuese el mejor de todos los que llevábamos juntos, y no es que llevásemos mucho tiempo juntos. Habíamos alquilado un precioso bungalow, de esos de madera, junto a uno de los pantanos más grandes de la sierra de Madrid. Un lugar de ensueño en medio de una fresca dehesa de fresnos desmochados donde cantan los pajaritos del bosque y por la noche se deja ver algún animal salvaje.
El caso es que empezamos con mal pie nuestra escapada, ya que habíamos olvidado imprimir la hoja de la reserva. El recepcionista nos dijo que no nos preocupásemos y que le dejásemos nuestro documento de identidad. Después de buscarnos por todos los bolsillos comprobamos que también lo habíamos olvidado. Intenté llamar por teléfono a la central de la web de reservas que habíamos utilizado; pero habíamos olvidado los teléfonos móviles. El chico de la recepción, muy atento, nos dejó llamar desde su teléfono de trabajo. Marqué y tardaron varios minutos en atenderme. Después de varias comprobaciones me dijeron que no había ninguna reserva a nuestro nombre (ahora lo pienso y me río porque la reserva la hice en otra web).
Ya no se que más nos podría pasar. Decidimos pasar la noche en el coche pero habíamos olvidado donde lo habíamos aparcado. Nos pusimos a buscarlo por separado: ella buscaría por la parte de atrás, por el pinar y por la avenida de entrada; yo iría al parking, al restaurante de al lado y llegaría incluso hasta el pueblo.
Busqué y caminé tanto que, sorprendentemente, llegué al amanecer hasta mi casa. Llamé con insistencia al timbre y me abrió mi novia. Me dijo que dónde narices me había metido. Me había estado llamando pero me había olvidado el móvil en casa. Los de los bungalows habían llamado para ver si acudiríamos. Y había llamado a la policía para que me buscaran, ya que llevaba más de dos días desaparecido. Encendí un cigarrillo y la pedí que me lo repitiese todo desde el principio.
Alberto Villares.
Jjajajajaja, ha merecido que seas tan tempranero, para poder echar unas risas.
ResponderEliminarUna sucesión de olvidos. Es una situación que puede hacer reir a un espectador y enfurecer a los protagonistas.
ResponderEliminarJajajaja! Una serie de catastróficos olvidos, con final sorprendente aunque parece que el protagonista se lo toma con muchísima calma, como si fuera lo más normal del mundo.Gracias por participar Alberto. Un besazo
ResponderEliminarBuena història y muy chistoso como planteas el tema. Me ha encantado.
ResponderEliminarLo malo es que hay mucha personas olvidadizas, que causan verdaderos desastres. Las llaves de casa, las llaves del coche,
el DNI, i los conozco que se olvidan hasta la dentadura postiza.!!!
Un saludo cordial
Muy pero muy divertido Alberto! y claramente expresado. Veo con claridad de que no te has olvidado ningún detalle para contárnoslo. Muchos saludos!!
ResponderEliminarMe alegra que os guste.
ResponderEliminar¿Sabéis? Ni me imagino con quién se fue de vacaciones. ¿Realmente llegó a irse con su novia? La cabeza nos la puede jugar de forma totalmente impredecible. Que Dios, el que sea, nos la guarde por muchos años.
caray, menuda ristra de olvidos... Mejor que resetee su cabeza, no?
ResponderEliminarAbrazo y cafelito.
Bien, creo que no es cuestión de que se lo repitan todo desde el principio, más bien parece necesario eso que Verónica llama reseteo.
ResponderEliminarDivertido y, lo peor, real, he sentido las vivencias que cuentas (¿necesitaré yo también un reseteo?).
Abrazos.
Esto es el colmo de los olvidos y el de la mala suerte, ya no podía pasar nada más.
ResponderEliminarDivertido relato
Un abrazo
Coño! esto son olvidos y lo demás tonterías!
ResponderEliminarLa mente se relajó de tal modo que pasó malas jugadas. Así contado suena gracioso, pero quién lo haya vivido... no será tan ameno, o sí, la cuestión es cómo se lo toma uno/a.
ResponderEliminarUn abrazo
jajajaja me encanta!!
ResponderEliminarDivertido y muy surrealista... genial!!
Un beso!
Efectivamente intenté llevarlo incluso a la surrealista. Como es natural, el pobre tiene un serio problema que debería hacerse mirar! Saludos.
EliminarBuenísimo jajaja, esto es olvidarse bien, pero bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
jajajajaja... muy buena, excelente historia me encanta y... vaya que enredo ja
ResponderEliminarUna cadena de olvidos que forma una historia divertida e interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Inquietante, diria yo, mas que divertido... mi abuela diria ¡esta gente joven tiene la cabeza mandá a componé!
ResponderEliminarUn besazo
Inquietante, diria yo, mas que divertido... mi abuela diria ¡esta gente joven tiene la cabeza mandá a componé!
ResponderEliminarUn besazo
Inquietante, diria yo, mas que divertido... mi abuela diria ¡esta gente joven tiene la cabeza mandá a componé!
ResponderEliminarUn besazo
A mí, también me has obligado a leer todo desde el principio.
ResponderEliminar"Que de Líos, por Dios" y que divertido...
Abrazos
Dios mío y todo por un olvido. Que complicada es la vida. Un abrazo
ResponderEliminarUna serie de castatróficos olvidos! Jajaja!
ResponderEliminarUna imaginación frondosa que lo sabe describir tan bien, puede hacernos creer que esto sucedió no solo en esa cabecita. Ayer me crucé con alguien que buscaba afanosamente algunas pertenecencias. ¿Sería la pareja de este buen señor?
ResponderEliminarun fuerte abrazo y besos!!
caramba! se nota que tus musas te acompañan afanosas!
ResponderEliminarme he reído todo el tiempo, hasta que ese genial remate me ha dado repeluz!
genial.
saludos!
Olvido tras olvido y muy mala suerte, divertido para quien es espectador, pero no creo sea lo mismo para los protagonistas.
ResponderEliminarMe gusta tu espacio, por aquí te visito.
Un saludo Alberto
Hola Alberto!
ResponderEliminarTe he dejado un premio en mis Puntos... por si te apetece recogerlo y traértelo a tu casa.
http://puntosuspensivos-teriri.blogspot.com.es/
Besos y buen finde!!
Me ha puesto en tensión, que de sensaciones puede provocar un relato que no voy a olvidar.
ResponderEliminarUn abrazo :)